Vivir en balance y armonía

La salud ha pasado de ser la ausencia de enfermedades a ser un estilo de vida, donde nosotros somos los intérpretes y constructores de nuestro bienestar, sin dejar por fuera nuestro entorno, nuestras decisiones y conductas llamándolo así salud integral.

Escríto por: Mireya Nasser
[gem_socials icons_size=»27″ socials=»%5B%7B%22social%22%3A%22instagram%22%2C%22url%22%3A%22https%3A%2F%2Fwww.instagram.com%2Ftuvidaenbalance%2F%22%7D%2C%7B%22social%22%3A%22wordpress%22%2C%22url%22%3A%22http%3A%2F%2Fwww.tuvidaenbalance.com%2F%22%7D%5D»]

La salud ha pasado de ser la ausencia de enfermedades a ser un estilo de vida, donde nosotros somos los intérpretes y constructores de nuestro bienestar, sin dejar por fuera nuestro entorno, nuestras decisiones y conductas llamándolo así salud integral.

Salud integral debería de ser uno de los objetivos primarios del hombre, conociendo que sin salud no hay armonía, ni plenitud y es difícil alcanzar un estilo de vida íntegro, donde haya participación completa a la vida social y familiar.

En la actualidad se habla mucho acerca de alcanzar y mantener un estilo de vida integral, comenzaremos hablando de ello. Para empezar, tenemos que saber que el “estar bien” no solo es ser delgado y comer sano. Estar saludable es algo global y tenemos que nutrir nuestra alimentación primaria. La alimentación primaria es lo que nos sostiene emocional y espiritualmente, estas áreas son:

Nuestra carrera: ¿Estamos haciendo algo que nos apasiona y nos llena? ¿O nos levantamos cada lunes queriendo que ya sea viernes? Esa es una señal que tenemos que analizar cómo mejorar en esta área.

La espiritualidad: ¿Nos sentimos conectados con Dios y practicamos la gratitud a diario? Es increíble como nuestra vida empieza a mejorar cuando a diario damos gracias por las mañanas.

Actividad física: ¿Nos estamos moviendo a diario? No necesariamente ir al gimnasio, pero al caminar 30 minutos diarios marcamos gran diferencia en nuestro organismo.

Relaciones: Debemos tener claro como estamos con nuestras relaciones, ya que por naturaleza somos sociables y es de vital importancia para nuestro desarrollo como individuos. ¿Estamos alrededor de personas positivas y alegres? ¿Nos llevamos bien con nuestra familia? ¿Tenemos amistades que nos llenan?

Cuando estos “alimentos primarios” están equilibrados, lo que come se convierte en secundario. Luego de analizar estas áreas tan importantes y ver en donde podemos mejorar, debemos empezar a trabajar en nuestra alimentación diaria.

La alimentación secundaria es la comida en nuestros platos. A veces se siente difícil llevar una alimentación saludable ¿Cierto? Las tendencias que escuchamos y cómo van cambiando las modas y las diferentes dietas que aparecen.

Un día es saludable el aceite de coco, otro día ya no lo es. Luego no sabemos si comer fruta, gluten, lácteos, pollo o ¿Será que nos hacemos veganos? Nos confundimos con toda información que vemos y leemos. Al final todo en exceso es malo y el hacer dietas no funciona. No es sostenible, no podemos vivir limitándonos para siempre. Podemos disfrutar de nuestras comidas favoritas y vivir en balance. Lo que tenemos que cambiar son nuestros hábitos. Por eso quiero hablarles un poco de cómo llevar un estilo de vida saludable sin tener que pasar por mucho estrés.

Algunos tips para que empieces a cambiar tus hábitos:

Nutrir nuestro cuerpo: Nada de andar contando porciones ni calorías, sino que viendo donde están los sustentos. Porque cuando nutrimos nuestro cuerpo como se debe el empieza a funcionar al máximo y cuando esto pasa empezamos a perder peso y a sentirnos con más energía.
¡Escucha tu cuerpo! Algo de lo que poco se habla es el concepto de bio-individualidad, es la idea de que cada uno de nosotros tiene necesidades de alimentación y estilo de vida único. Los alimentos de una persona son el veneno para otra, y por eso las dietas de moda tienden a fallar a largo plazo.
Enfócate en comer y beber alimentos que son buenos para ti: Las comidas con grasas saturadas provocan enfermedades crónicas, como ser: Colesterol e hipertensión arterial. Esto toma un poco de práctica para hacer que suceda, pero luego se vuelve un comportamiento automático. Ejemplo: En tu desayuno es más energizante y nutriente una ensalada de frutas con cereales vs un sándwich de tocino. En conclusión, toma en
cuenta que este cambio te llevará a reencontrarte contigo mismo, conocer el equilibrio de tu cuerpo y tu mente, siendo responsable de tu propia salud y la de los que te rodean.